viernes, 22 de junio de 2012

AUTOESTIMA Y EDUCACIÓN Existen niños que son promovidos de grado casi automáticamente, sin acumular los más mínimos méritos requeridos para ello. En parte es por el mercantilismo con que se maneja el tema de la educación, y en parte también, por la teoría de que de otro modo se dañaría la autoestima del niño o del adolescente, argumento que se ha de referir más bien a un intento de no deteriorar la ya de por sí baja autoestima que muchos de nuestros niños y adolescentes tienen, a la vez que trata de ocultar las deficiencias de nuestro sistema educativo. Pareciera con ello que autoestima y educación son dos valores que no tienen vínculo entre sí, como dando a entender que todo el valor de una persona es su valor intrínseco, por su condición de persona, independientemente de sus cualidades educativas, por lo que no es importante que sepa más; lo importante es que se sienta bien; y sin advertir lo contradictoria que es en su esencia esta desacertada teoría, puesto que si las calificaciones son el reflejo del nivel de educación, y se sabe que el reprobado va a dañar la autoestima, resulta más que evidente que existe un vínculo inevitable entre autoestima y educación. Esta contradicción hace crecer a niños y adolescentes con una autoestima completamente falsa, porque no tiene base; se apoya únicamente en la mano de los responsables educativos que la predican, quienes, en todo caso, lavan su conciencia pensando: “de todos modos ya se toparán más adelante”, como pasándole al siguiente maestro o director de turno una responsabilidad cada vez más complicada. Al final, cuando se retira la última mano que sujetaba esa falsa autoestima, que es cuando terminan graduándose sin mérito real, ya no queda nada debajo, y el derrumbe de la autoestima resulta mucho más dañino, y sin posibilidad de solución.